


En el noviembre del año 1998, los médicos sin fronteras llegaron en Hispanoamérica para ayudar con la destrucción del huracán Mitch. Los médicos sin fronteras asistieron a las víctimas en Nicaragua, Honduras, Guatemala, y El Salvador. El grupo trató de impedir las epidemias, los brotes de las infecciones, y la desnutrición. En Honduras, los médicos sin fronteras distribuyeron los suministros médicos y el agua limpia a los hospitales en varias ciudades. El país de Costa Rica también ayuda con los suministros médicos, el agua, el equipo de comunicación, y las materiales para tratar cólera. En Nicaragua, los médicos sin fronteras prestaron los refugios de emergencia, los suministros médicos, el agua, y los medicamentos. En Guatemala, el grupo prestó la asistencia en las ciudades de Chinoc Izabal, Rio Dulce, y Alta Verapaz. Los médicos sin fronteras prestaron mucha agua y las máquinas electrodinámicas. En El Salvador, la asistencia y las necesidades tradujeron más tarde que en los otros países.
En esta situación, pienso que los médicos sin fronteras hicieron buen trabajo en ayudar a las víctimas del huracán. Había mucha destrucción y el grupo gastó mucho tiempo para prestar el agua, los refugios, los medicamentos, y el apoyo psicológico. Es muy difícil cuando un desastre natural afecta más de un país y hay tantos problemas, especialmente con el agua limpia. Algún día, voy a ser una doctora, y ayudaré a las víctimas en los países pobres. Estoy triste para oír sobre las pérdidas en Guatemala, Honduras, El Salvador, y Nicaragua, pero estoy feliz que los médicos sin fronteras pueden ayudar y restaurar los países a un estado más soportable.
Las fotografías son de las imágenes de “Google” y el cuento es de esta página web:
http://www.doctorswithoutborders.org/news/article.cfm?id=786%20&cat=field-news&ref=tag-index
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